Cada vez que visitamos por primera vez un nuevo cliente, nos encontramos que una de las mayores preocupaciones tiene que ver con la posibilidad de que su producto sea copiado. No es nada extraño, ya que en China apenas se respeta la protección intelectual industrial, y hay miles de ejemplos que así lo demuestran. En este post explicamos lo que hacemos en GISP para evitar este tipo de problema.
El primer consejo que siempre damos a nuestros clientes es no confiar en los contratos. Por nuestra manera de ser, en Occidente, tenemos tendencia a pensar que estamos seguros cuando hay “algo firmado”. El hecho de tener un documento firmado por las dos partes nos hace tener una falsa sensación de seguridad. Nuestra experiencia nos demuestra que muchos fabricantes en China, con tal de obtener un pedido, firmarán lo que sea necesario, especialmente en las zonas rurales del interior donde ahora mismo se consiguen los mejores precios. Hay que dejarlo bien claro, la mayoría de contratos que se firman con empresas chinas no se cumplen, y en caso de incumplimiento es prácticamente imposible que un juez nos dé la razón.
El segundo consejo es mirar siempre a largo plazo. En los 20 años que llevamos importando productos industriales de China, hemos podido establecer relaciones a largo plazo con todos los fabricantes con los que trabajamos. Esto ocurre principalmente por no hacerles perder cara, es decir, teniendo muy en cuenta el sistema de valores y las relaciones interpersonales en China. Entender que nunca, en cualquier circunstancia, podemos poner en evidencia los responsables de la fábrica con la que trabajamos es clave. Asimismo, si conseguimos involucrar al proveedor chino en una relación estable y a largo plazo, eliminaremos muchas posibilidades de prácticas oportunísticas.
Aparte de esta forma de trabajar, y para evitar cualquier tipo de problema, tenemos un control muy estricto de los moldes industriales. Disponemos de almacén propio donde guardamos los moldes de nuestros clientes, y sólo salen de allí para los procesos de fabricación. De esta manera evitamos que se utilicen para fabricaciones paralelas. Por otra parte, nuestro personal se desplaza a las fábricas tanto durante los procesos de fabricación como para el control de calidad final, y de esta manera pueden observar de inmediato si se produce cualquier anomalía.
Combinando el conocimiento de la cultura china, la visión a largo plazo, y estas precauciones básicas conseguiremos no sólo eliminar este riesgo de copia, sino también optimizar la relación con los fabricantes.